Con algún acento hiperbólico, socarrón y satírico, si se quiere, aparecen los “animales mitológicos favoritos”. Por ejemplo, nos parece imposible que pueda existir un “político
Con algún acento hiperbólico, socarrón y satírico, si se quiere, aparecen los “animales mitológicos favoritos”. Por ejemplo, nos parece imposible que pueda existir un “político